El rol de la alimentación para las actividades de larga duración.
Varios son los factores que están relacionados con la capacidad de recargar nuestras reservas de energía:
Es muy importante considerar el consumo inmediato de bebidas bien formuladas, no solo para incorporar el líquido y los electrolitos perdidos por sudoración, sino también los hidratos de carbono gastados durante el ejercicio. Una vez que se ha logrado estar hidratado adecuadamente y luego haber consumido alimentos sólidos con alto niveles de carbohidratos, se puede crear una estrategia para continuar con la ingesta de estos nutrientes de manera de completar la carga. Para eso las comidas principales que siguen deberán poseer la misma característica.
Luego de ejercicios prolongados y/o intensos la tasa de síntesis de proteínas musculares se eleva, varias investigaciones demostraron que el consumo de aminoácidos o proteínas en combinación con cantidades adecuadas carbohidratos incrementaron la tasa de acumulación de proteína muscular durante la recuperación.
Hidratación en el ejercicio. Elección de la bebida adecuada.
A medida que se realiza ejercicio la velocidad de producción de calor en nuestro organismo aumenta. Para deshacerse de ese calor adicional y con el fin de mantener la temperatura corporal, entra en juego un mecanismo de disipación: la sudoración.
El volumen de líquido perdido a través de la sudoración puede variar, y depender de una serie de factores:
Para el organismo es fundamental equilibrar estas pérdidas, y poder seguir realizando trabajo mecánico, Es sabido que la eliminación de cantidades mínimas líquidos, inclusive del 2% del peso corporal, afectan directamente el rendimiento.
No solamente se pierde agua a través del sudor, también una serie de componentes orgánicos e inorgánicos como sodio, cloro, potasio, magnesio, calcio, hierro, cobre, cinc, fósforo, manganeso, urea, amoníaco, ácido láctico, vitamina C, etc.
La deshidratación progresiva, resultante de una inadecuada incorporación de fluidos, produce una serie de respuestas fisiológicas entre las que se destacan:
El cerebro es susceptible a la elevación de la temperatura interna, a medida que nos deshidratamos se evidencia: fatiga, dolor de cabeza, disminuye la claridad mental y por lo tanto la posibilidad de realizar movimientos hábiles y coordinados.
Muchos deportistas, de todos los niveles, no beben lo suficiente durante el ejercicio y ni reponen el líquido perdido cuando la actividad ha terminado, esto puede deberse a varios factores, entre los que encontramos:
Elección de la bebida adecuada:
La clave para una correcta hidratación reside en una bebida que cumpla una serie de puntos fundamentales, como ser:
Dado que el gusto es una cuestión personal, se recomienda que cada uno pruebe la bebida durante el ejercicio y se evalúe cual es la que se adapta mejor a las necesidades propias del atleta.